Brasil avanza, Costa Rica titubea: Un contraste ambiental preocupante


Fundación FAUNA

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27 novembre 2024

Brasil ha anunciado un ambicioso plan para restaurar aproximadamente la mitad de su tierra degradada, un área equivalente a la mitad del Reino Unido, antes de 2030. Conocido como « Planaveg 2.0« , esta iniciativa busca combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, posicionando al gigante sudamericano como un actor comprometido en la lucha global por la sostenibilidad. En eventos recientes, Brasil ha enfatizado la protección de sus recursos y la inclusión de comunidades indígenas, cuya sabiduría y liderazgo son esenciales para la conservación de la Amazonía y otros ecosistemas clave.

En contraste, Costa Rica, alguna vez elogiada como líder mundial en sostenibilidad, enfrenta actualmente una serie de desafíos que podrían amenazar su reputación como bastión ambiental. En la región de Gandoca-Manzanillo, los reportes de tala masiva preocupan a activistas y comunidades locales. Además, los rumores de cierre que pesan desde hace algún tiempo sobre FONAFIFO (entidad clave para la promoción de los Pagos por Servicios Ambientales, PSA) no auguran nada positivo y reflejan una preocupante falta de dirección en la política ambiental del país. Bajo la administración de Rodrigo Chaves, las políticas tradicionales de preservación parecen estar cediendo espacio a intereses económicos inmediatos, como el impulso a la minería a cielo abierto y el débil apoyo al Acuerdo de Escazú, vital para proteger a los defensores ambientales.

Los efectos podrían sentirse en el ámbito internacional si Costa Rica no toma medidas contundentes para mantener su liderazgo en debates ambientales. Esto podría poner en riesgo su biodiversidad local y aislar al país de alianzas estratégicas necesarias para enfrentar la crisis climática global. Sin embargo, informes recientes destacan que el país mantiene un rol importante en iniciativas como la COP16 y el Programa de Pago por Servicios Ambientales, con avances en conservación marina y restauración de ecosistemas (fuente: EL PAÍS).

La Fundación para el Auxilio de la Naturaleza (FAUNA), al igual que otras organizaciones civiles, asume un papel crucial ante este vacío de liderazgo. Desde la reforestación hasta programas de educación ambiental, FAUNA trabaja para proteger los recursos que son el alma de Costa Rica. No obstante, los esfuerzos de la sociedad civil no pueden reemplazar la acción gubernamental estructurada.

¿Qué Costa Rica queremos para el futuro? En un mundo donde la información circula a velocidades sin precedentes, las decisiones que tomemos hoy tendrán un impacto duradero en cómo el país es percibido mañana. Instamos a los ciudadanos a mantenerse vigilantes, reportar actividades como la tala masiva y exigir transparencia en proyectos que puedan comprometer la estabilidad climática y ecológica. Aprender de modelos como el de Brasil y fortalecer la colaboración con comunidades indígenas son pasos necesarios para recuperar el camino. El tiempo apremia, y la pregunta es clara: ¿será Costa Rica recordada como un modelo ambiental en declive o como un país que supo corregir su rumbo y reafirmar su compromiso con el planeta? La respuesta está en nuestras manos.

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